viernes, 19 de marzo de 2010

prólogo

El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento
Paulo Coelho


"Sube" dijo la voz " Ven, que aquí te espero"
repetía una y otra vez;se oía cada vez más alto.
La voz de una mujer sufriendo en silencio, o al menos a mí me lo parecía.
Un grito.
Un golpe.
Sombras en la oscuridad, una oscuridad a la que me acercaba cada vez más.
Una tos.
Me giré para ver de quién, o de qué, provenían esos ruidos y le vi.:
Tan pálido cómo la nieve y hermoso cómo una flor.
Tan silencioso y ágil cómo un gato.
Pero distinto a cómo yo le recordaba.
Sabía que era él y mi corazón me decía que lo que sentía era verdad;
pero mis ojos no le veían a él, sino a un ser mitológico, un ser que ya no tendría que vivir.
Corrí escaleras arriba y vi una luz, pero no era una salida, sino , una trampa más.